LAS DESAMORTIZACIONES DE LOS BIENES DE LA ABADÍA DE ARBAS DEL PUERTO

 
 Las desamortizaciones de los bienes de la Abadía de Arbas del Puerto

Las desamortizaciones de los bienes de la Abadía de Arbas del Puerto

Las enormes propiedades de la Iglesia en los siglos pasados, y obviamente las de la Colegiata de Arbas, habían sido acumuladas durante siglos mediante donaciones reales y particulares, permutas, censos no satisfechos, etc.

Su peso en la vida de los pueblos había llegado a ser agobiante, como comenta el estudioso de nuestra zona D. Elías López Morán. Pero el Estado Liberal del siglo XIX, adjetivado como Nuevo Orden, procedió simplemente a expropiar estas posesiones, con dos objetivos principales: Poner en explotación los bienes llamados de 'manos muertas', dándoles un carácter más social y allegar fondos a las arcas del Estado.

Al menos el primer objetivo no se cumplió, pues los bienes ´desamortizados´ pasaron a manos de los más ricos, los únicos que pudieron pujar en las subastas.

Hecho este exordio, analizamos aquí las expropiaciones de bienes de la Real Colegiata de Arbas, que, como veremos, fueron cuantiosas.

Digamos, en principio, que una vez más se verifica la creencia popular de que todas las desamortizaciones se deben al ministro Mendizábal. En este caso, como en otros muchos, no fue así. Hay que tener en cuenta que existieron hasta cuatro períodos ´desamortizadores´, de los cuales el de Mendizábal fue el tercero, y no el más importante. La puesta a subasta de los bienes de Arbas fue convocada por el Boletín Oficial del Estado núm. 232, del martes, 4 de septiembre de 1.866, y dice así:

'… En virtud de las leyes de 1º de mayo de 1.855 y 11 de julio de 1.856, e instrucciones para su cumplimiento, se sacan a pública subasta en el día y hora que se dirán las fincas siguientes'…

Pues bien, en el año 1.855 estaba ya en vigor la cuarta desamortización, inspirada y llevada a cabo por el ministro D. Pascual Madoz. Fue la más importante de todas y se realizó sin el permiso de la Santa Sede.

Para hacernos una idea cabal de su importancia para la Colegiata de Arbas, hay que decir que a consecuencia de esta masiva expropiación, la propia Colegiata cerró sus puertas, el Abad y canónigos desaparecieron y dejaron de prestarse los servicios de culto y atención a caminantes, después de más de setecientos años. El templo y las viviendas quedaron sin mantenimiento, abocados a la ruina, de no ser por algunas intervenciones estatales en pleno siglo XX.

En contrapartida, algunas personas adquirieron las propiedades, que en cierto modo revertirían en beneficio de los pueblos.

Relación de fincas de la Colegiata de Arbas subastadas en 1.866
15 fincas en Busdongo 291 áreas
28 fincas en Camplongo 395 áreas
18 fincas en Tonín y Pendilla (Incluye el Puerto de Bustamores) 11.595 áreas
Puerto de Vegalamosa (Los terrenos que rodeaban la Colegiata) 27.017 áreas
Prado en Vegalamosa 379 áreas
Puertos de Agüazones y Cafresnal (Situados en La Mediana de Los Argüellos) 31.846 áreas
50 fincas en Rodiezmo, San Martín y Ventosilla 429 áreas

De todos estos terrenos, de cultivo, hierba y pastos, nos interesa comentar el referente al puerto de Vegalamosa, donde está enclavada la propia Colegiata.
La subasta incluyó, según el citado Boletín Oficial, los sitios de 'Vallemadera, La Piedra, Valle de Cega Ladera, Dulce la Dueña, los Torales y Los Pozos'.
Todos pertenecen al municipio de Villamanín, pero resultaron ganadores de la subasta un grupo de 6 ganaderos de Lena. El terreno mantenía un total de 60 vacadas, o su equivalente de 360 vacas. Así continúa hasta hoy, con el añadido de unas 30 yeguas. Los compradores constituyeron una Junta de Propietarios, que continúa vigente, siendo ya los dueños unas sesenta personas físicas.

Se rigen por normas consuetudinarias y desde hace dos décadas tienen la costumbre de conceder una mención y trofeo al 'Ganadero del Año', entre todas las explotaciones ganaderas de ´Arbas´.