SEMEJANZAS Y DICOTOMÍA

 Los diecinueve pueblos que forman el municipio de Villamanín son, aunque cada uno de ellos tenga su historia y peculiar personalidad, como ramas de un mismo tronco. Participan del modelo común de asentamientos rurales de montaña, de escaso vecindario y tradiciones arraigadas. Presentan la arquitectura típica de alta montaña, con sus muros de piedra, y en muchos casos corredores, corrales, pajares, huertos anejos, la teja roja árabe, fachadas porticadas, y piezas de dos plantas…

Al tiempo que las viviendas mejoran su confort, desvirtúan los rasgos tradicionales: Falsa dicotomía que debería corregir el futuro Plan Urbanístico del municipio, en fase de estudio. Pues sin renunciar al confort y a los modernos conceptos arquitectónicos, deben respetarse los aspectos tradicionales que individualizan un territorio, como legado recibido de nuestros mayores y bien de interés prioritario, frente a la uniformización.

Los diecinueve pueblos - cuya procedencia histórica ya quedó apuntada, por la fusión de dos Concejos y un pueblo de señorío - mantienen, no obstante, una visible individualidad, forjada por la historia, durante muchos siglos:

Así, al nombre propio del pueblo añaden su procedencia original de ´Arbas´ o ´La Tercia´, como apellido irrenunciable. Es un concepto hoy día sin virtualidad, pero responde a comportamientos atávicos de pertenencia y jurisdicción. Solamente Busdongo carece de apellido. La magia de lo auténtico envuelve este conglomerado de antiquísimos asentamientos.

En la actualidad, todos los pueblos presentan tales semejanzas que podrían ser barrios de un mismo pueblo. Recostados al abrigo de la peña (´La Barragana´, ´Los Corros´, ´Pico Fontún´, ´Brañacaballo´, ´Peñalaza´ …) o en medio de la vega que tímidamente abren los cauces de los ríos… los núcleos urbanos, asediados como todo el mundo rural por una nefasta despoblación, ocupan su espacio y defienden sus raíces.

Porque, por otra parte, todos son distintos. Cada uno guarda vivencias no compartidas, límites vecinales, libros de actas, patrón parroquial, folklore propio, usos y costumbres. Una encuesta por todos ellos nos reveló los nombres ´totémicos´, de amables apodos colectivos, sagas familiares, individualizaciones populares. No tienen carácter peyorativo u ofensivo, sino meramente descriptivo. A veces son esotéricos e incomprensibles, pero hunden raíces en el tiempo, y son los siguientes:

- Arbas del Puerto: ¿?
- Barrio de la Tercia: ´Barrigudos´
- Busdongo: ´Fardeleros´
- Camplongo de Arbas: ´Gabotos´
- Casares de Arbas: ´Casariegos´
- Cubillas de Arbas: ´Zorros´
- Fontún de la Tercia: ´Turullos´
- Golpejar de la Tercia: ´Cascajeros´
- Millaró de la Tercia: ´Venaos´
- Pendilla de Arbas: ´Castelos´
- Poladura de la Tercia: ´Escarabajos´
- Rodiezmo de la Tercia: ´Curticeros´ (También sapos, cocodrilos, raposos, pitorros, civiles, …para identificar a grupos familiares)
- San Martín de la Tercia: ´Grillos´
- Tonín de Arbas: ´Cucos´
- Velilla de la Tercia: ¿?
- Ventosilla de la Tercia: ´Potes´
- Viadangos de Arbas: ´Mieleros´
- Villamanín de la Tercia: ´Borrachos´
- Villanueva de la Tercia: ´Lentejeros´

Nadie se molesta. Son diecinueve modos de decir lo mismo.