FONTÚN DE LA TERCIA

Datos básicos

Altitud: 1.180 m.
Distancia al Ayuntamiento: 1 Km.
Fiesta: 13 de junio (San Antonio de Padua)

Etimología

Se deriva de la voz latina ´Fons´y su genitivo ´Fontis´. Es, por tanto, un terreno de fuentes, y resulta una de las primeras citas de Arbolio en la diplomática asturiana:

Otra interpretación, que hace venir el nombre del pueblo de un nombre personal hispano-visigodo (Villa Fontunius), del que desapareció ´villa´, no nos merece mucho crédito.

Historia y legendaria. Actualidad

El pueblo de Fontún, ya conocido hace más de mil años, debe, a nuestro entender, su propio nombre a alguna de sus fuentes, que hubo de resultar tan apreciada como para ceder su sustantivo al propio poblado. Lo que era parte se convirtió en todo, y por eso hemos indagado por las fuentes del lugar, que son - como no podía ser menos - abundantes, frías, de nombres sugestivos:

A bote pronto nos han recitado las más conocidas del entorno: La Fuente ´Genaro´, ´Los Cardos´, ´Fontanilla´, ´Fonfría´ o ´Lamargón´. En el ´habla leonesa´ es conocido que los ´lamargos´ son zonas de aguas, encharcadas..

¿Cuál de estas fuentes daría nombre al pueblo?...o acaso la suma de todas las que refrescan su exiguo terreno comunal?

Una vez constatada la justeza del término, hay que decir que Fontún es un enclave dulce, tan cercano a Villamanín que casi lo toca con los dedos, al que lo une una cómoda acera, con iluminación y asientos; infraestructura ejemplar, de enorme comodidad para el paseante, a la medida del hombre.

Cruzando el pueblo, hay que admirar los cuidados parterres de flores con que parecen competir cada una de las casas. Cuidados con mimo, llenan de colorido las fachadas, complementan las huertas de árboles ornamentales, y las quintas de verjas torneadas. A falta de otros motivos históricos ajenos a su nombre, Fontún ensaya a ser jardín.

En las inmediaciones, cerrando el horizonte por el rumbo sur, se alza el impresionante ´Cueto Fontún´, (1.953 m.), orgullo de fotógrafos y escaladores. Es el mismo que en La Mediana recibe el nombre más pedestre de ´Machacao´. En todo caso, uno de los montes totémicos del territorio.

El diminuto edificio de la iglesia es la antigua parroquia de San Mamés, con su arcada del románico popular, recientemente restaurada. En su interior hay que admirar la valiosísima talla coronada de ´La Virgen y el Niño´, en madera policromada. Representa a la Virgen de los Ángeles, y es similar a la de Barrio. Su autor no es conocido, aunque puede datarse del siglo XVIII, y sorprende su airosa suavidad y serena armonía.

En el camino a Villamanín, con quien comparte cementerio, se avanza entre praderas de un verde intenso. A medio camino, el ´Meson la Pradera´ resulta un buen lugar para hacer alto.

Flores y fuentes, colorido y sosiego, tienen aquí el encanto de lo perenne.